Seguramente hayas escuchado hablar alguna vez del diseño web responsive pero, ¿realmente sabes qué es y cómo funciona? No te pierdas este artículo en el que lo explicamos con detalle.
Una web responsive es aquella que adapta su diseño y reorganiza sus contenidos en función del tamaño y orientación de la pantalla del dispositivo utilizado.
Se trata de una técnica de desarrollo web que detecta el ancho de pantalla del navegador y adapta todos los elementos de la página al mismo. Menús, tamaños de letra, imágenes, etc.
Siempre se envía el mismo código HTML a todos los dispositivos, por lo que no es necesario redireccionar al usuario y se mantiene una única URL. El diseño y contenido se ajusta al dispositivo a través de código CSS.
Como buenas prácticas, se recomienda usar temas responsive, establecer el tamaño de los elementos en relación a su contenedor o al ancho de vista y la utilización de una estructura de cuadrícula CSS Grid.
En la última década el número de dispositivos que utilizamos para acceder a internet ha crecido de forma imparable. Atrás quedan los tiempos en los que el PC era el único dispositivo que nos permitía conectarnos a la red. Hoy en día accedemos a internet a través de nuestros móviles, tablets, televisiones, relojes, frigoríficos, etc.
Esto implica que un mismo sitio web debe ser compatible con múltiples dispositivos, resoluciones de pantalla y navegadores y tener en cuenta el contenido, diseño y rendimiento en cada uno de ellos para ofrecer una experiencia de navegación óptima.
Según el informe Digital 2021 de We Are Social, el móvil es el dispositivo más utilizado para navegar en internet y visitar páginas web. Entonces, ¿por qué sigues centrando el diseño de tu web en equipos de escritorio y portátiles?
Empieza el diseño de tu sitio web a partir del diseño móvil y luego adáptalo progresivamente a pantallas más grandes. Entra en la era mobile-first.
Una web responsive busca optimizar la experiencia del usuario con independencia del dispositivo, resolución y navegador que utilice.
Ya sea desde un smartphone de 4,5 pulgadas o un ordenador de sobremesa de 27, desde una televisión 8k o un monitor de baja resolución, desde Safari o Chrome, tu sitio web debe funcionar y visualizarse correctamente en cualquier dispositivo.
Una mejor navegación y experiencia de usuario, implica un usuario más contento y un aumento de las posibilidades de que retorne a nuestro web.
A diferencia de las webs adaptativas que poseen diseños específicos para cada dispositivo, las webs responsivas cuentan con un único diseño altamente flexible. Aunque el código utilizado es más complejo, se ahorran muchos costes en desarrollo y tiempo a la hora de actualizar contenido.
En abril 2015 actualizó su algoritmo de búsqueda y desde aquella penaliza a los sitios webs que no cuentan con un diseño responsive. Además, a partir de marzo de 2021 utilizará el Mobile First Index, que usa la versión móvil de los sitios web para indexación y ranking.
Si tu web no es responsive, cada vez será más difícil de posicionar en el buscador y perderás una importante fuente de tráfico además de obtener una alta .
Todos sabemos lo importante que es causar una buena impresión, pero además tu web y el contenido que publicas en ella debe ser presentado de forma consistente a través de todos los dispositivos. De esta manera facilitas el recuerdo de marca y transmites mayor seguridad al usuario.
Es muy diferente leer en un móvil y en un ordenador, por lo que debes asegurarte de que el tamaño de tus textos se ajuste a las dimensiones y orientación de cada pantalla para así aumentar la legibilidad y ofrecer al usuario una lectura cómod.
El tamaño de imágenes y vídeos debe ser proporcional al tamaño de la pantalla en la que son visualizados, evitando que el material quede fuera del espectro visual del usuario. También deben ajustarse cuando el usuario rote el dispositivo.
El tiempo de carga de una web es uno de los factores fundamentales que define la tasa de rebote. Reduce el número de recursos necesarios, elimina plugins y widgets innecesarios y optimiza imágenes y vídeos para minimizar los tiempos de carga.
Para empezar, olvídate de utilizar Flash en tu sitio web. Dejando de lado el alto consumo de recursos y tiempos de carga, no funciona ni en Android ni en iOS y Adobe ha terminado su soporte el pasado diciembre y hace un año Google dejaba de indexar contenido en Flash.
Esto demuestra que debemos asegurarnos de que los efectos y animaciones que apliquemos en nuestra web funcionan correctamente en todos los dispositivos y de que su impacto en la experiencia del usuario sea positivo y no una molestia.
Algunos ejemplos de impacto negativo son pop-ups que ocupan toda la pantalla en el móvil o el efecto hover que literalmente no funciona en dispositivos móviles.
Cada año se lanzan nuevos dispositivos con nuevas características y surgen nuevas tecnologías que nos obligan a adaptar nuestra web continuamente a nuevos formatos. Por ello debes realizar una optimización de tu sitio web continuada en el tiempo.
Si no sabes por dónde empezar, existen multitud de herramientas de pago y también gratuitas como Test My Site de Google, que determinan el grado de responsividad de tu web y proporcionan consejos sobre cómo mejorarla.
También puedes utilizar para realizar test A/B y mejorar la experiencia de usuario de tu web y no te olvides de consultar periódicamente tu herramienta de analítica web para identificar problemas de usabilidad en el diseño de tu web responsive.
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